A pesar de que el mindfulness es una de las prácticas más modernas actualmente, mucha gente desconoce realmente de qué se trata. Y es que la cantidad de desinformación que recibimos por las redes y la metodología deficiente utilizada en numerosas investigaciones «científicas» sobre la atención plena lleva a muchos consumidores de mindfulness a sentirse engañados, decepcionados e incluso perjudicados. Por tanto, en este artículo te ofrecemos una perspectiva científica para formarte un criterio sobre el mindfulness.
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¿Qué es el mindfulness?
El mindfulness es una práctica para la reducción del estrés basada en la atención plena (REBAP) (Mindfulness-Based Stress Reduction – MBSR).
Fue creado como tal por Jon Kabat-Zinn en la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts. Utiliza técnicas denominadas de «atención plena» que tienen sus orígenes en la doctrina budista.
- Se trata, pues, de un programa que nace a raíz de la medicina complementaria.
- Está orientado a reducir el dolor y aumentar el bienestar emocional y físico de las personas que sufren algún tipo de enfermedad.
- Aunque también se utiliza en personas sanas.
Este es un artículo basado en la investigación de diferentes expertos de distintas universidades de todo el mundo. En él se analizan los problemas existentes a la hora de definir los conceptos de mindfulness y atención plena. Además, describe el alcance adecuado que puede darse en una investigación científica sobre la atención plena y los problemas de metodología que existen a la hora de interpretar los resultados derivados de practicar mindfulness.
- La intención de estos investigadores no es otra que informar a científicos, medios de comunicación y al público consumidor sobre la información errónea que hayan podido recibir respecto al mindfulness. El propósito es mostrar la realidad existente detrás de esta moda.
- Por otra parte, desean minimizar tanto posibles daños como las perspectivas futuras respecto a la meditación consciente y la atención plena.
- La conclusión a la que llegaron en ese estudio es que no hay una definición inequívoca de lo que actualmente se entiende por mindfulness.
Así, se dan por equivalentes multitud de prácticas que, en realidad, son muy diferentes al auténtico mindfulness. Por ello, no podríamos llegar a la conclusión de cuáles son los beneficios reales del mindfulness como tal.
Definición de mindfulness
El creador del mindfulness habla sobre estas prácticas y sobre la atención plena y las define de la siguiente manera:
«Es la atención momento a momento a la experiencia presente, sin hacer juicios y con una actitud de aceptación»
No se trata, por tanto, de poner nuestra atención en suprimir las preocupaciones del pasado o del futuro. Consiste en centrar nuestra atención en el momento presente, lo que permite, así, reducir el estrés.
De esto podría deducirse que el mindfulness y la atención plena son equivalentes a la meditación. Pero esto tampoco es correcto. Muchas prácticas de mindfulness no implican meditación. Por otra parte, la meditación budista no siempre se basa en el mindfulness.
En realidad, lo que nos interesa saber es realmente qué nos están vendiendo con todo esto de los beneficios del mindfulnes. Y ¿por qué esa necesidad imperiosa de practicarlo con los niños en la escuela o en casa?
Porque si hay algo claro en este tema, es que cuando un artículo de investigación llega a la conclusión de que el mindfulness y la atención plena reducen el estrés o que mejoran la calidad de vida, la alimentación, el sueño, el estado de ánimo o, incluso, la memoria de trabajo, al poco tiempo, se publican nuevos artículos fiables que lo contradicen todo.
Estudios contradictorios
Hace unos años, la Agencia para la Investigación y la Calidad del Cuidado de la Salud de Estados Unidos (Agency for Healthcare Research and Quality) realizó un análisis global de los diferentes proyectos de investigación realizados hasta el momento sobre el mindfulness y la atención plena.
- En el proceso, descubrieron, por una parte, que la calidad de los protocolos utilizados en muchas investigaciones sobre el mindfulness era demasiado baja como para incluirlos en su análisis.
- Por otra parte, llegaron a la conclusión de que las terapias basadas en las prácticas de mindfulness y atención plena poseen un efecto moderado. Vieron que tal vez, serían útiles como complementos al tratamiento de la ansiedad, la depresión y el dolor. Pero nunca como terapia única.
- No encontraron ningún indicio de que el mindfulness y la atención plena tuvieran beneficio alguno en los problemas de atención. Tampoco en cuanto a la mejora del estado de ánimo, las adicciones, los hábitos alimentarios, el sueño o el control de peso.
En este otro estudio de la revista Nature concluyen algo similar. La baja calidad y los sesgos que encuentran en los estudios sobre los beneficios de la meditación son un gran impedimento a la hora de obtener datos fiables. Por eso, hay que ser cauteloso:
Cuando un artículo de investigación llega a la conclusión de que el mindfulness reduce el estrés, se publican nuevos artículos que lo contradicen
Sin embargo, muchos podrán pensar que, más allá de los beneficios que se puedan recoger en un estudio, el mindfulness, por el mero hecho de meditar y fomentar la relajación, ya tiene que ser necesariamente bueno. Nada más lejos de la realidad.
Un estudio realizado por la Universidad de Brown registró casos puntuales de alucinaciones, descompensaciones psicóticas y cuadros depresivos severos asociados a una práctica intensa y repetida del mindfulness.
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La sesiones de mindfulness deben ser dirigidas por profesionales
De hecho, Beatriz Rodríguez Vega, psiquiatra Jefa de sección de la Unidad de Enlace y Psicoterapia del Hospital Universitario de la Paz afirma lo siguiente. «Las prácticas de mindfulness deben ser voluntarias y nunca impuestas. Estos casos [brotes psicóticos] pueden ocurrir cuando se trabaja con personas vulnerables. Por eso hay que hacer previamente una selección. Antes de nada hay que realizar entrevistas, cuestionarios, jornadas de orientación…».
Por otra parte, José Ángel Alda, jefe de Psiquiatría Infantil del Sant Joan de Déu de Barcelona, insiste en otro tema. Si se realizan prácticas de mindfulness con niños, estas deben ser cortas y lúdicas. Ademas deben estar dirigidas por profesionales formados en el ámbito clínico. Muchos expertos en mindfulness coinciden en que no es suficiente realizar un curso de ocho semanas para dirigir este tipo de sesiones con criterio.
Voluntario y no se debe practicar con personas vulnerables
Este sería otro de los problemas que se observan actualmente en las escuelas. No es solo el hecho de que el mindfulness se esté practicando con personas vulnerables. Además se hace de manera obligada y sin hacer un estudio previo personalizado. Por otra parte, las prácticas de mindfulness, en casi todos los casos, las dirigen profesores sin ningún tipo de formación clínica y con escasos conocimientos sobre este tipo de prácticas.
En esta misma línea, Ausiàs Cebolla, doctor en Psicología da otra recomendación.
- No es aconsejable iniciarse de manera intensa en este tipo de sesiones ni practicarlo durante muchas horas seguidas.
- Afirma que «la gente tiene que entender bien el concepto. Esto no va de poner la mente en blanco ni de relajarse ni de alcanzar un estado mental excepcional. Busca aceptar la experiencia tal y como es. Una forma de optimizar los recursos para aliviar el sufrimiento. De hecho, lo que las personas nos transmiten después no es «ya sé estar en el presente» o «focalizo correctamente mi atención», sino más bien «he aprendido a cuidarme”».
Por eso, siguiendo todas estas recomendaciones, creemos que la moda que existe actualmente de practicar el mindfulness con los niños en la escuela debería estudiarse más a fondo. De hecho, habría que ser más precavidos a la hora de instaurar programas de este tipo a nivel escolar.
Esperamos que este post te haya ayudado a clarificar los conceptos reales de mindfulness y atención plena, y a considerar las ventajas y desventajas de practicarlo en casa o en las aulas. Para profundizar, te recomendamos el ebook gratuito sobre Educación Emocional y leer sobre las 10 claves de la educación emocional según el reputado psicólogo Rafael Bisquerra.
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