Una de las herramientas que no puede faltar en tu lista de recursos docentes son los mapas mentales. Los dibujes a mano, en Word o con programas online, comprobarás en tu clase cómo ayudan a tus alumnos a aprender, comprender y retener la información. ¡Después de este artículo, no podrás vivir sin un mapa mental en tus clases!
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¿Qué es un mapa mental?
En pocas palabras, un diagrama es una herramienta visual para organizar la información. Se trata de representar conceptos relacionados sobre un tema central. Es decir,
Organizar la información de manera gráfica, sintética y en distintos niveles.
Así, el tema principal se ubica en el centro del mapa y se va expandiendo en distintas direcciones con los conceptos relacionados. En función de la jerarquía o la relación inmediata o lejana con el concepto central, las demás palabras pueden ir cambiando de tamaño, de color o de forma.
Características del mapa mental
¿Y qué no debe faltar en un mapa mental? A continuación enumeramos algunas de sus características:
- El tema se coloca en el centro.
- La información sobre el tema se va escribiendo alrededor, de forma radial.
- Normalmente, se utilizan frases cortas o palabras que sinteticen las ideas generales.
- Hay una jerarquía en las ideas, pues las que se colocan más cerca del centro o más grandes son más importantes.
- Se utilizan colores y formas distintas.
- Las ideas se unen con líneas.
Tipos de mapas mentales
Pero, además, lo bueno de los mapas mentales es que los hay de muchos tipos. Es decir, existen distintos formatos en los que colocar la información, que podrían agruparse en estos tipos (hemos tomado los ejemplos de las plantillas de Canva):
1. Arbóreos: es el mapa prototípico. La idea principal está en el centro o en la parte superior, y las ideas relacionadas alrededor, enlazadas. Cada una puede ir con un símbolo o color, por ejemplo.
2. Circulares: las ideas se disponen en forma de anillo concéntrico alrededor del tema o la palabra clave.
Fuente: Laura Tejería
3. De panal: el tema central tiene forma geométrica, como de heptágono o hexágono, y en cada lado, como las celdas de un panal, se va colocando la información secundaria.
4. De arcoíris: se emplea principalmente cuando hay una relación entre dos ideas importantes. Por ejemplo, una deriva de la otra, o una es el inicio y otra el fin, o el objetivo y el resultado. Así, en cada uno de los extremos del arcoíris se colocan esos dos conceptos, y las ideas secundarias se van desarrollando en los distintos arcos del mapa.
¿Aún no sabes si utilizar mapas mentales en tu clase? ¡Atento a los beneficios!
Beneficios del mapa mental
Es cierto: no todos aprendemos de la misma manera, pero también es cierto que los mapas mentales ayudan en el aprendizaje. Estos son algunos de los beneficios de trabajar con mapas mentales:
- Mejoran el aprendizaje: por un lado, porque exigen comprender una información, saber segmentarla y relacionarla. Y, por otro, porque, al establecer las relaciones entre las ideas, es posible que surjan nuevas conexiones.
- Ayudan a memorizar: colocar toda la información en un solo golpe de vista facilita la memorización y la relación de los conceptos entre sí. En general, el cerebro responde bien a las imágenes visuales y retiene mejor los conceptos si se destacan con colores o símbolos distintos.
- Simplifican ideas o proyectos complejos: los mapas mentales posibilitan la subdivisión o segmentación de grandes conceptos en sus partes constitutivas. Así, simplifican la aproximación conceptual o práctica.
- Desarrollan la creatividad: como hay distintos tipos de diagramas e infinitas posibilidades de crearlos y relacionar las ideas, la creatividad siempre está en juego.
- Son flexibles: su estructura tan intuitiva permite que cada persona los cree de la manera más natural y lógica para sí mismo. Tus alumnos podrán crearlos con cualquier tema que les guste y de la forma que prefieran.
Es más, algunos estudios aseguran que el uso de mapas mentales optimiza el aprendizaje de los alumnos. Por ejemplo, el estudio de Glennis Edge Cunningham en 2005 concluyó que
el 80 % de los estudiantes pensaba que «los mapas mentales les ayudaron a comprender conceptos e ideas científicas».
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Herramientas fáciles para crear un mapa mental
Si no tienes mucho tiempo para elaborar mapas mentales o si el diseño no es lo tuyo…, tranquilo, internet viene al rescate. Cualquiera de estas herramientas podrá ayudarte a hacer tus esquemas:
Lucidchart
Herramienta dinámica con distintos planes y suscripciones, incluso para trabajar los mapas mentales en equipo. El plan gratuito ofrece tres mapas editables desde una selección de 100 posibles plantillas y con 60 figuras por documento.
Canva
Famosa aplicación online para crear todo tipo de imágenes, tarjetas, infografías o mapas mentales. Puedes comenzar con las plantillas que sugieren e irlas personalizando; o comenzar de cero y utilizar todas las imágenes, marcos, tipografías y colores.
Mindmeister
En este caso, hay que registrarse para poder empezar con tu diseño de mapa mental. Aun así, ofrecen muchas plantillas y tipos de cuadros y flechas distintos; además de la posibilidad de insertar notas en el documento.
Coogle
Coogle ofrece tres planes mensuales. Con el gratuito es posible crear tres mapas, y dispondrás de más de mil iconos posibles. También puedes subir tus imágenes y conectar las ideas con diversos enlaces y flechas. La interfaz está solo en inglés.
Wisemapping
Sencillo, rápido y gratuito. Partes de una mapa mental ya creado y puedes irlo modificando: añadir elementos, combinar los colores, crear relaciones, etc.
Bubbl.us
Muy intuitivo. El plan gratuito te permite crear tres mapas mentales desde cero o a partir de algunas plantillas.
En resumen, los mapas mentales son clave para el día a día del aula. Y más para una generación de alumnos acostumbrada a lo inmediato, lo breve y la síntesis. Elige en cada momento el mapa que mejor presente la información y ¡verás cómo tus alumnos aprenden más y mejor!
Bibliografía
Buzan, T. (2010). El libro de los Mapas Mentales. Cómo utilizar al máximo las capacidades de la mente. Barcelona: Ediciones Urano.
Cunningham, G., E. (2005). Mapas mentales: sus efectos en el rendimiento estudiantil en biología de la escuela secundaria (Ph.D.). Universidad de Texas: Austin.
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