Tanto si eres de esas personas que lloran por las esquinas como si te sientes un auténtico Iron Man/Iron Woman, este post te puede servir. En este artículo veremos los múltiples beneficios de llorar y cómo la educación emocional y un entorno social favorable pueden promover el bienestar de las personas.
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¿Por qué lloras?
- Por una parte, según algunos artículos científicos(1), se pueden distinguir tres tipos de llanto en la infancia. Estos serían los correspondientes al hambre, molestias de diferente naturaleza y al dolor.
- Sin embargo, en la etapa adulta, los tipos de llanto se simplifican. De esta manera, nuestro entorno social percibe dos tipos de llanto: el de protesta y el debido a un dolor físico o psicológico/emocional, el de la tristeza.
Ha sido habitual la tendencia a pensar que los beneficios de llorar son evidentes tanto en el ámbito intrapersonal (para uno mismo) como en el interpersonal (con los demás). No obstante, algunos artículos(2) hacen hincapié en un aspecto curioso acerca de los beneficios de llorar.
Mientras que el llanto producido por un dolor provoca consuelo y aceptación por parte de nuestro entorno, el llanto de protesta puede conducir a dificultades interpersonales con otros.
En definitiva, las investigaciones (3) apuntan a que «el llanto solo puede tener un efecto positivo en el bienestar cuando induce efectos positivos del entorno social».
¿Por qué me siento mejor después de llorar?
A pesar de las conclusiones de algunas investigaciones respecto a los beneficios de llorar, la experiencia personal nos dice que llorar nos ayuda. De hecho, muchos estudios defienden que el llanto ayuda a reducir el estrés, la tensión y la ansiedad. Por tanto, nos ayuda a relajarnos y a sentirnos mejor.
Sin embargo, como es evidente, existen muchas dificultades a la hora de estudiar los beneficios de llorar en condiciones de laboratorio. Es por ello que en muchos estudios encuentran dificultad para explicar el motivo exacto por el cual llorar nos ayuda tanto.
Sea cual fuere el motivo, lo que es destacable es la importancia que dan los estudios al contexto social en el que sucede el llanto. Concretamente, muchos autores(4) defienden que buscar el apoyo social es una estrategia de afrontamiento frente a problemas emocionales que ayuda a reducir los efectos negativos sobre la salud, el estrés y la ansiedad.
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Entonces, ¿con quién debo llorar?
En psicología, el apoyo social se define como «la presencia o ausencia relativa de recursos de apoyo psicológico provenientes de otras personas significativas». En definitiva, viene a ser el famoso «buscar un hombro sobre el que llorar».
Con todo, uno debe ser cuidadoso y elegir bien ese hombro sobre el que llorar. Como bien dice la definición, las personas con las que decidamos compartir las penas deben ser «significativas», es decir, buenas amigas o personas que realmente buscan nuestro bien.
Concretamente, para que una persona experimente los beneficios de llorar debe estar en un entorno en el que sienta que:
- Se preocupan de ella y la quieren.
- Es estimada y valorada.
- Pertenece a una red de comunicación y de obligaciones mutuas.
La invitación a que las personas aprendan a buscar apoyo social es muy buena, pero nosotros nos preguntamos: ¿es posible llevarla a la educación? El Programa de Educación Emocional para primaria Be Happy piensa que esto es posible.
¿Cómo trabaja el Programa de Educación Emocional Be Happy el llanto y la amistad?
Be Happy trabaja los beneficios de llorar y el apoyo social a través de dos herramientas diferentes.
- El botiquín de los recuerdos
Se trata de una herramienta emocional que hace hincapié en la necesidad de curar recuerdos dolorosos. Para ello, los niños reflexionan con un grupo de amigos sobre un acontecimiento de su pasado en el que sufrieron y entre todos buscan la mejor manera de solucionarlo. Pueden aconsejarse perdonar a alguien, aceptar el dolor y seguir adelante o incluso llorar un rato en buena compañía.
- Hay un amigo en ti
En este caso, estamos ante una herramienta que ayuda a los niños a identificar las cualidades presentes en los buenos amigos. De esta manera, aprenden a distinguir las relaciones saludables de las tóxicas. Así, les será más fácil encontrar ese “buen hombro” sobre el que llorar o reír, y compartir lo mejor de la vida. De esta forma, también experimentarán los auténticos beneficios del llanto.
Y es que el mundo en el que vivimos funciona muy deprisa. Pasamos menos tiempo en familia y más en el trabajo. Nos comunicamos menos cara a cara y mucho más a través de las redes sociales. Llorar sobre un hombro digital no reconforta. Los adultos lo sabemos porque lo hemos vivido, pero ¿y los niños? ¿Lo saben? En un mundo donde lo que parece que cuenta son los likes y los emoticonos de corazón, la tarea de enseñar a los niños el valor de la auténtica amistad no es nada fácil. Pero intentarlo merece la pena.
Si quieres saber cómo hablamos sobre el cuidado de uno mismo, las emociones y la amistad a los adolescentes, no te pierdas el programa de valores y educación emocional de Secundaria Talentum. Porque los adolescentes también lloran. Y tú, ¿lloras?
Bibliografía
1. Fuller, B. F. (1991). Acoustic discrimination of three types of infant cries. Nursing Research, 40(3), 156-160.
2. Hendriks, M. C. P., Nelson, J. K., Cornelius, R. R., & Vingerhoets, A. J. J. M. (2008). Why crying improves our well-being: An attachment-theory perspective on the functions of adult crying. In A.J.J.M. Vingerhoets, I. Nyklicek, & J. Denollet (Eds.), Emotion regulation: Conceptual and clinical issues (pp. 87-96). New York: Springer.
3.Hendriks, M., & Vingerhoets, A. (2002). Crying: is it beneficial for one’s well-being? International Congress Series, 1241, 361-365. doi: 10.1016/s0531-5131(02)00642-8.
4. Riquelme, A., Buendía, J. & Rodríguez, M. C. (1993). Estrategias de afrontamiento y apoyo social en personas con estrés económico. Psicothema 5(1), 83-89.
5. NTP-439. El Apoyo Social. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. España.
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