¡Todos preparados porque hoy toca ruleta de virtudes! Te contamos 10 de las fábulas de Esopo y tú deberás descubrir qué virtud trabaja cada una de ellas. ¿Serás capaz de acertarlas todas? ¡El juego comienza!
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¿Qué aportan las fábulas de Esopo?
Igual te estás preguntando qué tienen que ver las fábulas con los valores. Una buena ruleta de virtudes necesitaba estas pequeñas historias, porque todas tienen una moraleja final. Es decir,
no son simplemente unos cuentos divertidos, trepidantes o mágicos, sino que van un poco más allá.
Si aún no lo haces, puedes utilizar las fábulas de Esopo en clase para trabajar virtudes y valores. Por un lado, las aventuras llamarán su atención y, por otro lado, podrán reflexionar sobre las decisiones de los personajes. Y, así, contarán con ejemplos para pensar sobre su propia vida.
Por todo esto te traemos este juego. Conseguirás que tus alumnos se entusiasmen con las fábulas de Esopo. ¡Que empiece la partida!
Las fábulas de Esopo
La liebre y la tortuga
La liebre era un animal veloz y siempre se burlaba de la lentitud de la tortuga. Hasta que las dos se retaron en una carrera de velocidad. Efectivamente, la liebre era más rápida por naturaleza, pero era demasiado confiada, así que se paraba a echarse siestas durante la carrera.
La tortuga, por el contrario, no se detuvo en ningún momento y siguió avanzando lenta pero decidida. ¿Que quién ganó?… La tortuga, claro «Verás, liebre, yo voy a mi ritmo; lenta pero segura».
¿Qué virtud podemos aprender de La liebre y la tortuga?
- Respuesta: Esfuerzo.
La oca de los huevos de oro
Un día, la oca de un matrimonio de granjeros empezó a poner huevos de oro. Ellos iban cada mañana a recogerlos, emocionados por el cambio que eso supondría en su vida.
Sin embargo, llegó un punto en el que un huevo al día no les parecía suficiente, y decidieron abrir a la oca para sacar todos los huevos de golpe. Su plan no funcionó, y desde ese día tuvieron que conformarse con huevos normales y corrientes.
«¿No crees que con un huevo es suficiente?»
¿Qué valor transmite esta fábula?
- Respuesta: Humildad, huir de la avaricia.
El pastor y el lobo
Un joven pastor se aburría mucho mientras cuidaba solo a las ovejas, así que se le ocurrió gastar una broma. «¡El lobo! ¡El lobo!» gritó. Los campesinos subieron para ayudarle, pero descubrieron que el pastor les había mentido.
No obstante, repitió su broma varias veces, hasta que un día el lobo atacó de verdad. Cuando gritó esa vez en busca de ayuda, nadie le creyó, y el lobo se llevó a las ovejas. ¿Qué es lo que le faltó al pastor?
- Respuesta: Sinceridad.
La cigarra y la hormiga
Mientras las hormigas buscaban provisiones para pasar el verano, la cigarra tocaba el acordeón bajo el sol. Trataron de convencerla de que el frío llegaría pronto y debía buscar comida, pero ella aseguraba que tendría tiempo:
«¡No seas aguafiestas! ¡Sonríe, hormiguita! ¡Déjate llevar por la música de mi acordeón! ¡Y baila, baila conmigo!».
Finalmente, el invierno llegó y encontró a la cigarra sin nada para comer. Decidió ir a pedirles provisiones a las hormigas, pero estas le dijeron que no podían y que debería haberlas escuchado. ¿Cuál es la virtud que necesitaba la cigarra?
- Respuesta: Trabajado duro y disciplina.
El cuervo y la jarra
Durante una sequía, un cuervo volaba buscando agua. Encontró una jarra llena de agua hasta la mitad, pero con su pico no conseguía alcanzarla por mucho que lo intentaba.
En vez de rendirse, siguió pensando hasta que se le ocurrió meter piedras en la jarra para que el agua subiera. Así, consiguió beber el agua.
- Respuesta: ingenio.
La cola del pavo real
Hace mucho tiempo, los pavos reales podían volar… Hasta que uno de ellos vio su reflejo en el estanque y deseó cambiar y tener hermosas plumas.
A partir de entonces, todos los animales le admiraron por su belleza, pero cuando fue a alzar el vuelo, se dio cuenta que con su nueva cola ya no podía volar.
«¿Tú no querías unas plumas de hermosos colores y flamantes destellos? Pues, ya las tienes… Abre tu cola y muéstrala como si fuera un trofeo, pero en tierra». ¿Qué es lo que le faltó al pavo real?
- Respuesta: Ser agradecido con lo que uno tiene.
El león y el ratón
Un ratón se tropezó con un león e hizo un trato con él: si le dejaba ir, él le debería un favor. El león aceptó, aunque creía que nunca necesitaría a un pequeño ratón. Poco después, no obstante, cayó en la red de unos cazadores, y llamó al ratón para que le ayudara.
El pequeño royó la cuerda hasta que el león pudo salir. Desde ese día, ambos entendieron que se necesitaban mutuamente y crearon una bonita amistad. ¿Qué más crees que aprendieron?
- Respuesta: Colaboración y trabajo en equipo.
La zorra y la cigüeña
La zorra invitó a la cigüeña a comer a su casa y le sirvió un plato de sopa. Mientras que el anfitrión disfrutaba de la comida, ella no podía tomarla debido a su alargado pico.
Después, la cigüeña la invitó también a su casa, y le sirvió la comida en un recipiente estrecho y alargado, de tal forma que le era imposible alcanzar la comida sin pico.
«Vas a disfrutar de mi cena tanto como yo disfruté de la mía», le aseguró la cigüeña. ¿Qué virtud le faltaba a la zorra?
- Respuesta: Empatía.
Androcles y el león
Androcles era un esclavo que consiguió huir de su amo. Durante el camino, encontró a un león herido y lo ayudó, con la mala fortuna de que en ese momento los soldados los encontraron y apresaron.
Lo condenaron a luchar por su vida en el coliseo, pero, cuando se abrió la verja, descubrió que debía luchar contra el león al que había salvado. Ambos se abrazaron, y el emperador, conmovido, les dio la libertad. ¿Qué es lo que les ayudó a ambos a conservar la vida?
- Respuesta: Amistad.
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Hemos llegado al final de la ruleta. ¿Cuántos puntos has conseguido? Si te ha fallado alguna, tenemos la solución perfecta para que pongas en práctica tus conocimientos sobre las fábulas de Esopo.
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En fin, las fábulas de Esopo pueden ser de gran ayuda para educar en valores en el aula. ¿Te animas a jugar a la ruleta te valores con tus alumnos? ¡Que gane el mejor!
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