La educación funcional fue una propuesta de Edouard Claparède para educar a los niños mediante el interés, la motivación y, especialmente, con el juego como base educativa. Explicamos cómo lo concretaba en este artículo.
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¿De dónde viene la educación funcional?
Algunos psicólogos y pedagogos de la época de Claparède comenzaron a cuestionar la utilidad de la educación tradicional. Creían que la memorización y la pasividad de los alumnos no daba los resultados adecuados y, por lo tanto, no eran un buen método educativo.
Así es como surge la «nueva educación», partiendo de la idea común de que hay que buscar métodos diferentes en la educación, para lo que cada pensador fue aportando una solución diferente.
En concreto, la respuesta de Edouard Claparède a este problema fue lo que después se denominó «educación funcional».
Edouard Claparède
Fue un neurólogo, pedagogo y psicólogo infantil suizo de finales del siglo XIX y principios del XX.
- Se graduó en Medicina en 1897.
- Se especializó en neurología y psicoterapia.
- Fundó el Instituto Juan Jacobo Rousseau de Ginebra en 1912.
Ha publicado varias obras como:
L’association des idées | 1903 |
Psychologie de l’enfant et pédagogie expérimentale | 1909 |
L’éducation fonctionnelle | 1931 |
La genèse de l’hypothèse | 1933 |
Claves de la educación funcional en el aula
En efecto, el propósito de la educación funcional era huir de la metodología de la escuela tradicional que consideraban ineficiente, y crear un sistema que asegurara el aprendizaje de los alumnos.
Uno de los puntos principales de esta teoría es el interés, ya que depende del interés del alumno por alcanzar un objetivo el que se esfuerce más o menos en conseguirlo.
Además, consideraba que este interés determinaba la conducta de las personas, es decir, por qué actúan así en un momento determinado.
Por eso, estableció los diferentes intereses que marcan la conducta humana en cada periodo vital:
Primera infancia (0 a 3-4 años) | Intereses sensoriales y motores |
Segunda infancia (3-4 a 6-7 años) | Intereses sensoperceptivos, los objetos concretos, lingüísticos |
Tercera infancia (6-7 a 13-14 años) | Intereses intelectuales y abstractos |
Adolescencia (13-14 a 18-20 años) | Intereses sociales, morales, estéticos, religiosos, etc. |
En consecuencia, si el alumno siente interés por una asignatura, dedicará más esfuerzo y atención a su estudio y obtendrá mejores resultados. De ahí que remarque la importancia de que los objetivos y el programa escolar debe estar alineado con los intereses de los niños.
Para ello, en vez de otros enfoques como los de la psicología racional o la psicología fisiológica, Clapadère propone utilizar la psicología funcional americana como base de la educación. En consecuencia, mezcla los puntos de vista:
- Biológico
- Y pragmático
De esta forma, propone este enfoque como planteamiento base de la educación, buscando siempre el porqué tras las acciones y las motivaciones.
Esta teoría fue perfeccionada posteriormente por el pedagogo John Dewey y su método experimental.
La necesidad y la motivación
Asimismo, estos dos conceptos son esenciales para comprender la propuesta de Clapadére.
En primer lugar, cualquier aprendizaje debe partir de una necesidad. Según el pedagogo, el error de la escuela tradicional es que obliga a los alumnos a memorizar información que no necesitan y que, por lo tanto, no sienten interés por aprender.
Además, para compensar esa desmotivación, la escuela tradicional recurre a exámenes, castigos y recompensas para tratar de impulsar al alumno hacia sus intereses. En su opinión, esto, lejos de solucionar el problema, lo agrava.
Por eso, la escuela activa parte del principio de la necesidad. Si el alumno siente que necesita lo que está aprendiendo, se involucrará en aprendizaje y adquirirá la información.
«La escuela tradicional reclama esta monstruosidad psicológica; reclama actos que no responden a ninguna necesidad; por tanto, actos sin causa. Por el contrario, la escuela activa está fundada sobre el principio de la necesidad; para hacer actuar a vuestro alumno, ponedle en circunstancias tales que experimente la necesidad de realizar la acción que esperáis de él» (Claparéde, E. Ibidem, 1932, p. 168 s).
En segundo lugar, la motivación aparecerá a raíz de que el alumno vea la necesidad de su acto y los beneficios que este tiene en su vida. Por lo tanto, es necesaria para que el alumno se involucre.
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Cómo implantar la educación funcional
Sin embargo, por muy bien que suene la idea de estudiar solo lo que los alumnos consideren necesario, esto no es fácilmente adaptable al currículo escolar. ¿Cuál era la propuesta de Claparède para motivar a los alumnos en las asignaturas?
Él plantea la existencia de una necesidad general que se da en todos los niños, que es jugar. Por eso, establecer el juego como método educativo es muy beneficioso en la motivación e involucración de los alumnos.
«Esta necesidad de jugar es precisamente la que va a permitirnos reconciliar la escuela con la vida y dar a los niños los móviles de acción que, según pretenden algunos, es imposible encontrar en la sala de clase…» (Ibidem, 1932, p. 170).
Es decir, todo lo que habría que hacer según esta teoría es adaptar las enseñanzas de la asignatura a un juego.
En definitiva, la educación funcional se divide en tres etapas:
- Crear situaciones en las que el alumno sienta una necesidad y un interés concretos.
- Provocar una reacción mediante esa necesidad suscitada para conseguir satisfacerla.
- Adquirir los conocimientos adecuados para satisfacer esa necesidad, especialmente mediante el juego.
Recursos de educación funcional
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Gamificación en el aula | Plantear los juegos como base metodológica mejorará el rendimiento y el interés de tus alumnos. |
Learning by doing | Con este tipo de metodologías activas, el alumno aprende haciendo por sí mismo. De esta forma, adquiere un papel más activo e importante en su aprendizaje. |
Programas con retos y juegos | Programas como Abrapalabra plantean las actividades de comprensión lectora en forma de retos y ofrecen recompensas cuando estos se superan. ¡No hay mejor forma de aprender! |
En definitiva, la educación funcional plantea una forma de aprender alejada de métodos ineficaces y que trata de motivar e interesar al alumno mediante aprendizajes útiles para su vida y metodologías atractivas.
Bibliografía
Tabernero del Río, S. (1997). La Educación Funcional de E. Claparède. Aula, 1997, 9, 45-72.
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