Leer como sea, cuando sea y con quien sea. Todo son beneficios, la verdad. Cuando ves que un niño está disfrutando con la lectura, sabes que lo estás haciendo bien. Es una actividad que no tiene absolutamente nada negativo. Hay muchas maneras de acercarse a la lectura. Pero en este artículo nos vamos a centrar en los beneficios de la lectura compartida.
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¿Para quién es beneficiosa la lectura compartida?
La verdad es que se recomienda para todos los niños, y también para los adultos.
- Desde los primeros años de vida, la lectura compartida con sus padres o educadores despertará su interés por los libros en estos pequeños prelectores.
- Y, según se van haciendo mayores, la lectura compartida potenciará sus competencias lectoras y les ayudará en el proceso de aprendizaje.
- En las aulas es una práctica habitual como taller de lectura. Como actividad grupal los alumnos centran la atención en una misma tarea, comparten avances y se promueve la interacción.
- También en casa se puede practicar. No hace falta dedicarle mucho tiempo. Y es un tiempo considerado «de calidad».
Aun así, es mucho más beneficioso que la lectura compartida se convierta en una rutina diaria que en una actividad esporádica, aunque sea de larga duración. «Esta estrategia se ve muy beneficiada por la rutina y la repetición» (Goikoetxea y Martínez, 2015).
El clásico cuento de antes de dormir es un buen ejemplo de cómo hacerlo.
¿Y qué se obtiene con todo ello? Sobre todo, experiencias compartidas que generan conexiones afectivas, el aprendizaje de la constancia, aumentar la autoconfianza, mejorar la fluidez con la lectura, practicar la concentración, etc. Vamos a verlo con más detalle.
¿Cuáles son los 3 beneficios de la lectura compartida?
A grandes rasgos, los beneficios de la lectura compartida se pueden recoger en tres grupos:
Desarrollo cognitivo
Hay conocimientos que no se aprenden a través de las conversaciones de la vida cotidiana. Gracias a la lectura compartida, desde muy pequeños serán capaces de:
- crear asociaciones entre lo que escuchan y lo que les rodea.
- extraer significados,
- plantearse cuestiones referentes a su entorno y sus propias experiencias.
Además, leer les ayudará a crear esquemas mentales que potencian la organización de la información.
Mejora lingüística
Cuando leen ellos mismos en voz alta y también cuando escuchan a otros leer, los niños van ampliando su vocabulario y conociendo el uso de nuevas estructuras sintácticas.
Asimismo, se trabaja la entonación y el uso correcto de los signos de puntuación. Y todo ello mejorará también su proceso de aprendizaje de la escritura.
Beneficios emocionales
Realizar esta actividad grupal en el aula reforzará los lazos afectivos entre los participantes, ya que fomentará que compartan comentarios y opiniones entre iguales.
- Por una parte, cuando sea un adulto el que comparta lecturas con los alumnos, estos ganarán en seguridad y confianza, y, así, aumentará su autoestima y, por supuesto, su interés por el aprendizaje.
- Por otra parte, es aconsejable seleccionar lecturas que, además de interesantes y atractivas para los niños, tengan un trasfondo. Pueden ser valores, virtudes, historias de superación e incluso cuentos con emociones.
Por si fuera poco, algunos estudios afirman que «incluso la cualidad emocional de la lectura compartida ha mostrado tener un efecto sobre variables relacionadas con la alfabetización» (VV.AA., 2006). No es de extrañar que la lectura compartida sea tan beneficiosa pues, en general, el aprendizaje cooperativo contribuye a la mejora integral de la persona.
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Consejos para sacar el máximo partido a la lectura compartida
Si ya te has convencido de los beneficios de leer de forma colectiva, hay algunas pautas que te ayudarán a exprimirla al máximo.
- Antes de comenzar, es bueno generar curiosidad y anticiparse con preguntas sobre lo que se va a leer. Lo más importante es que los pequeños tengan ganas de realizar la actividad y que muestren interés. Si a pesar de tus esfuerzos no quieren participar, es mejor respetarlo y no obligarles.
- Durante la lectura en voz alta, si interrumpen con preguntas u opiniones, entiéndelo como un gesto positivo. Es buena señal: están participando de la lectura. Así que, bienvenidas sean esas interrupciones.
- Al finalizar, se pueden preparar unas pequeñas actividades:
- plantear preguntas sencillas sobre los personajes,
- hacer una relectura de los pasajes más difíciles,
- reforzar el vocabulario aprendido,
- abrir un debate, en función de la edad de los alumnos,
- o también se podrían proponer actividades más lúdicas como hacer dibujos o rellenar fichas, según los niveles.
En resumen, la lectura compartida abre las puertas a una forma de leer entretenida, profunda, colaborativa y de mejora. Si, además, buscas un método que lo integre todo y que te facilite la labor como educador, recuerda que puedes probar el programa de comprensión lectora de Abrapalabra para primaria y Entrelíneas para secundaria. ¡La unión hace la fuerza!
Bibliografía
Goikoetxea, E.; Martínez, N. (2015). Los beneficios de la lectura compartida de libros: breve revisión. Educación XX1, 18(1), 303-324. doi: 10.5944/educXX1.18.1.12334
VV.AA. (2006). «Lectura compartida: una estrategia educativa para la infancia temprana». En Doce propuestas para Chile. Capítulo X. Concurso Políticas Públicas.
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