Los beneficios de la lectura en el aula son muy diversos: desde mejorar el rendimiento académico hasta el desarrollo de la empatía y la autoestima (Bisquerra, 2018). Hay muchas posibilidades para despertar el gusto por la lectura en los más pequeños. Y, así, ellos mismos descubrirán sus ventajas.
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¿Cuáles son los beneficios de la lectura?
Leer, ya sea en un taller de lectura como en una sesión de lectura silenciosa, ayudará a los niños a mejorar su rendimiento académico y a adquirir competencias útiles para la vida. Estos son los beneficios de la lectura en el aula:
- Estimular el desarrollo del lenguaje: los niños que leen cometen menos errores ortográficos y aprenden a elaborar oraciones gramaticalmente más complejas.
- Enriquecer su vocabulario y, por tanto, mejorar su capacidad de expresión oral y escrita.
- Ejercitar el pensamiento, puesto que leer es un desafío para la inteligencia, la concentración y la memoria.
- Mejorar la atención de los niños, que escuchan de forma activa a quien lee.
- Familiarizar a los niños con los libros y con la lectura, como base para desarrollar con el tiempo el hábito lector y el gusto por la lectura.
- Transmitir valores, porque muchas de las historias les sirven de ejemplo moral.
- Animar la imaginación y creatividad de los niños que, acostumbrados a ser espectadores pasivos de pantallas, al escuchar o leer una historia, tienen que imaginarla ellos.
- Generar un clima emocional de confianza al compartir historias y vivencias a partir de la lectura.
- Desarrollar la empatía y la autoestima de los niños, pues escuchando las historias de los demás adquieren vocabulario y conciencia de sus propias emociones.
Y si esto fuera poco, además leer nos hace más libres. El ministro francés Bruno Le Maire lo dejó claro en el discurso que se volvió viral:
La literatura os da libertad. La literatura y los libros os permitirán descubrir hasta qué punto sois únicos.
¿Cómo fomentar los beneficios de la lectura en el aula?
Para que los niños descubran el tesoro de leer, es bueno fomentar la lectura en aula. Aquí presentamos diversas maneras de hacerlo.
- Lectura en voz alta: el docente o uno de los alumnos lee el texto mientras los demás lo escuchan. Es una manera de trabajar la dicción, la interpretación y la escucha activa. Además, los niños se acostumbran a ver en el texto una experiencia más allá de la letra impresa.
- Lectura compartida: la experiencia de leer entre dos o más personas genera conexiones afectivas, enseña la constancia, aumenta la autoconfianza, mejora la fluidez con la lectura y ejercita la concentración.
- Lectura silenciosa: convertir la clase en una sesión de biblioteca. Los alumnos leen individualmente un libro que han seleccionado ellos mismos.
- Talleres de lectura: un taller de lectura es un método de trabajo en grupo. Implica crear un espacio en el aula para que los alumnos, conducidos por el docente, lean y trabajen un texto siguiendo una secuencia de actividades (Kohan, 2006).
- Lectura emocional: el docente ayuda al alumno en la selección del libro, de manera que conecte con sus gustos e intereses. El objetivo es crear un tiempo de lectura silenciosa para que los alumnos disfruten leyendo (Bisquerra, 2018).
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Algunas ideas para que el docente motive la lectura en el aula
Además de las actividades, el mejor aliciente para que tus alumnos lean es despertar su interés con tu propio entusiasmo. Así, se contagiarán el gusto por la lectura y podrán incluso transmitirlo a sus familias.
Estas son algunas ideas para que el docente motive a los alumnos y aproveche todos los beneficios de la lectura en el aula:
- Disfrutar él primero con la lectura.
- Crear un clima favorable.
- Elegir las lecturas adecuadas a los participantes (si es posible, que lo elijan ellos).
- Saber contar.
- Activar conocimientos previos.
- Hacer preguntas.
- Crear conversaciones y fomentar la escucha.
- Generar relaciones significativas.
- Conectar los mundos de todos.
- Ayudar a mejorar la comprensión.
- Conocer algunas técnicas básicas.
- Realizar una evaluación después de cada sesión de lectura para ir mejorando.
Un docente entusiasta puede transmitir su gusto por la lectura de muchas maneras. Si eres de esos, ayudarás a tus alumnos a desarrollar su lenguaje, a aprender valores y a ganar confianza en sí mismos. ¡Merece la pena!
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Bibliografía
Bisquerra, R. (2018) 10 ideas clave. Educación Emocional. Barcelona: GRAÓ.
Chambers, A. (2007). El ambiente de la lectura. Madrid: Fondo de cultura económica. (Versión original en inglés: The Reading Environment: How Adults Help Children Enjoy Books, 1991).
Hinojosa Camarena, M. J. (2021) El que no ha leído, no ha vivido. Beneficios de la lectura. México: Revista Normalista.
Kohan, S. A. (2006). Taller de lectura: el método. Barcelona: ALBA.
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